Un informe para el debate
Los acostumbrados a mirar antes de los tres años y los que tienen un aparato en la pieza rinden menos. Además, aquellos menos expuestos durante la niñez tienen más posibilidades de terminar la universidad. Lo prudente es que no dediquen a la televisión más de una o dos horas diarias
STANFORD Y CHICAGO (Estados Unidos).- ¿Quiere mejorar las notas de su hijo? Podría empezar sacando la televisión -que seguramente tiene un lugar de honor- del cuarto del pequeño y enchufando una computadora.
Tres nuevos estudios que se publican hoy en la revista científica Archivos de Medicina Pediátrica y del Adolescente, arrojan más evidencias sobre los efectos –al parecer nada beneficiosos– que la televisión tiene en el desarrollo cognitivo infantil.
El primero fue realizado por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford y de la Universidad Johns Hopkins. Indica que los chicos de alrededor de 9 años que tienen una TV en su habitación obtienen resultados significativamente más bajos en pruebas estandarizadas que sus compañeros que no tienen. Por el contrario, aquellos que tienen acceso a la computadora familiar obtienen mejores notas. Las diferencias persisten más allá del tiempo que los estudiantes dediquen a las tareas para el hogar.
"Este estudio ofrece más evidencia de que los padres deberían sacar la TV del cuarto de los chicos o directamente no ponerla", afirmó Thomas Robinson, profesor asociado de pediatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford.
Robinson colaboró con la doctora Dina Borzekowski en el análisis del rendimiento de alrededor de 400 chicos de tercer grado a lo largo de un año en escuelas primarias del norte de California. Borzekowski trabaja en la Escuela Bloomberg de Salud Pública en la Universidad Johns Hopkins.
Ellos encontraron que el 70% que afirmaba tener una televisión en su cuarto, obtenía entre siete y nueve puntos menos en las pruebas estandarizadas de matemática, lectura y lengua que sus compañeros que no tenían. Por el contrario, los que tenían acceso a la computadora hogareña obtenían entre siete y nueve puntos más. Los mejores puntajes eran para los que tenían acceso a la computadora y no tenían TV en su habitación. Estos hallazgos se mantuvieron incluso cualesquiera fueran la educación de los padres, el género del chico y la cantidad de horas que pasaban frente al aparato de TV por semana.
Sorprendentemente, los estudiantes que afirmaban ver más horas también decían pasar más horas haciendo deberes y leyendo que chicos con menos exposición. Los científicos piensan que la explicación puede ser que los chicos que tienen TV en el cuarto duermen menos o que los padres que prohíben la TV en el cuarto pueden estar más involucrados en la educación de sus hijos.
Antes de los tres añosEl segundo trabajo llega a la conclusión de que ver sostenidamente televisión antes de los tres años puede tener efectos adversos en el desarrollo cognitivo posterior de los chicos.
Frederick J. Zimmerman y Dimitri A Christakis, de la Universidad de Washington en Seattle, analizaron datos del Estudio Longitudinal de la Juventud, que comenzó en 1986 y se realiza bianualmente en chicos nacidos en 1979. Este estudio reúne información de más de 11.000 niños e incluye evaluaciones de desarrollo y datos sobre el entorno familiar y la historia clínica.
En este caso, los investigadores analizaron datos de 1797 chicos de alrededor de seis años durante cuatro de los más recientes estudios. Compararon las notas obtenidas en un test estandarizado en matemática, lectura y comprensión de texto con el número de horas dedicadas a mirar televisión antes de los tres años, y entre los tres y los cinco.
"El análisis mostró un patrón consistente de asociaciones negativas entre mirar televisión antes de los tres años y resultados cognitivos adversos a los seis o siete -informan los autores-. [...] Estas asociaciones podrían ser directa o indirectamente causales. "
"Por otro lado, sugiere que ver televisión entre los tres y los cinco años tiene un efecto beneficioso, por lo menos en reconocimiento de la lectura y memoria de corto plazo", afirman más adelante, aunque agregan que no encontraron efectos beneficiosos en matemática o comprensión de la lectura.
Según este trabajo, el efecto de la televisión a una edad muy temprana varía según la edad: para chicos muy pequeños es negativo, mientras que para los preescolares podría ser positivo, al menos en algunos dominios.
Efectos tardíos
Un tercer trabajo se concentra en la relación que existe entre el hábito de mirar televisión en la niñez y el éxito académico en la universidad.
Robert J. Hancox, de la Universidad de Otago, Dunedin, en Nueva Zelanda, condujo un estudio de largo plazo en alrededor de 1000 chicos nacidos entre 1972 y 1973. La información acerca de sus hábitos televisivos se reunió cuando tenían cinco, siete, nueve, once y trece años. Y aquella sobre su rendimiento académico, a los 26.
Las conclusiones indican que aquellos que miraban más televisión durante la niñez y la adolescencia tuvieron menos posibilidades de terminar la escuela u obtener un título universitario.
"Los resultados de este estudio indican que las horas que se dedican a ver televisión durante la niñez y la adolescencia se asocian con un menor nivel educativo en la juventud -escriben los autores-. Estos efectos serían independientes de la inteligencia, el status socioeconómico familiar y los problemas de conducta en la niñez."
"Estos hallazgos muestran que el efecto general de la televisión no es beneficioso en términos de logro educativo -agregan-. Todavía resta determinar sus mecanismos, pero los hallazgos respaldan el consejo de la Academia Americana de Pediatría de limitar a una o dos horas diarias el tiempo dedicado por los chicos a ver televisión."
Fuente: Diario LA NACION